Para quienes nos dedicamos al marketing digital de unos 4 o 5 años a la fecha prácticamente invertimos el mismo tiempo que usamos para generar estrategia y contenido de nuestros clientes, en aprender tácticas o técnicas que nos permitan incrementar el alcance orgánico o “ganarle al algoritmo” y en algunos casos como dice el dicho no sabemos si reír o llorar.
Esto fue super evidente en 2020 durante la pandemia de Covid19, las medidas tomadas para reducir el contagio, obligaron a muchos negocios a cerrar sus puertas y por consecuencia a digitalizarse y cuando quisieron apalancarse en las audiencias que habían construido durante la última década en Facebook y otras redes sociales se dieron cuenta que solo podían entrar en contacto con una fracción de su comunidad, y que para alcanzarlos de nuevo, había que pagar, otra vez.
Resultó que esta audiencia a la que le hemos dedicado tiempo, dinero, esfuerzo, creatividad y valor los últimos años, no nos pertenece, que nos habíamos dedicado a construir comunidades en las redes sociales solo para descubrir que sin importar que la comunidad siguiera creciendo cada vez, menos personas de esta comunidad veían nuestras publicaciones.
Cuando nuestros clientes empezaron por la situación a reducir sus presupuestos en redes sociales y a pedirnos alternativas para mantener su negocio a flote, los que mantuvieron una mejor posición fueron los que siguieron nuestros consejos de construir una lista de correos electrónicos, un medio en el cual podíamos alcanzar a esta audiencia cuantas veces quisiéramos por una misma tarifa*, y en algunos casos hasta de forma gratuita.
Esta razón, es la que me ha motivado a terminar un libro que tenía en un folder de mi computadora desde hace algún tiempo, y por la que estaré generando contenido en torno a Email Marketing, es importante que la mayor cantidad de negocios sepan que deben de construir medios propios, audiencias que no le pertenezcan a otras personas y cuya disponibilidad no dependa de una política, una pauta publicitaria o un “algoritmo”.
Ahora, si el correo electrónico es llamado la primera red social, ¿porque esta audiencia no le pertenece a alguien más como en el caso de las otras redes sociales? la respuesta es sencilla, el correo electrónico no le pertenece a una sola persona o conglomerado, la infraestructura sobre la cual funciona está distribuida entre muchísimos jugadores que conforman el ecosistema del correo electrónico, un ecosistema que dicho sea de paso cumple 50 años este 2021, donde toman parte más de una decena de diferentes tipos de proveedores y más de 500 empresas, que brindan servicios de Publicidad, Mercadotecnia por email, automatización, análisis de datos, etc.
Por si esto fuera poco, la disputa que se vive en el momento por la privacidad y la recolección de datos de los usuarios, entre los grandes jugadores del ecosistema publicitario en internet le dan al correo electrónico una ventaja más, ante la creciente preocupación de los usuarios por los datos que se recolectan en las redes sociales.
Espero que este contenido sea de valor y ayude a impulsar tu negocio o tu marca personal, si es así, ayúdale a alguien más a construir su medio.